Chico nos ha dejado

Hoy decimos adiós a Chico, un perro cuya tenacidad era tan ilimitada como su espíritu. La tragedia de esta historia no es solo que la Leishmaniasis haya cobrado otra víctima, sino que ni siquiera una voluntad y una determinación sin igual pudieron vencer a esta devastadora enfermedad.

Chico era un luchador, en el sentido más claro de la palabra. Cuando llegó por primera vez a nuestro cuidado, ya estaba tocando las puertas de la muerte. Pero esto no era simplemente una historia de supervivencia, era una de transformación. Chico no solo se recuperó físicamente; experimentó una metamorfosis espiritual, desplegándose como una flor con cada amanecer. Pasó de estar paralizado por el miedo a circular libremente por nuestra clínica, compartiendo momentos fugaces de alegría y consuelo con pacientes y trabajadores de la salud por igual.

A pesar del cuidado constante y del gran apoyo de la comunidad, la salud de Chico decayó rápidamente este último fin de semana. Empleamos todos los recursos, todos los avances médicos a nuestra disposición, pero el rumbo de la vida de Chico no estaba bajo nuestro control.  Es una tristeza pesada, una que se asienta como la más densa niebla.

Pero no olvidemos la verdadera lección de todo esto: Chico experimentó amor, compasión y dignidad, aunque solo fuera en el crepúsculo de su vida. Esto fue posible gracias a la humanidad colectiva de las personas que se acercaron, que rezaron y que donaron.

Mientras lloramos a Chico, celebremos también el espíritu indomable que representaba, un espíritu que sigue animando nuestro propósito, influyendo no solo en las vidas de otros animales en apuros, sino también tocando el núcleo mismo de nuestra propia experiencia humana. La narrativa de Chico es más que solo el obituario de una mascota; es un testimonio de la resiliencia de la vida y una llamado a la acción para cada uno de nosotros. Subraya el profundo impacto de la bondad colectiva y nos desafía a no solo lamentar su pérdida, sino a ser movilizados por su vida.

En honor a Chico, mantengamos viva la lucha. Comprometámonos a amar con más generosidad, a rescatar con pasión  y a salvar más vidas.

Buenas noches, Chico. Se te extraña, pero tu legado permanecerá imborrable.

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